Yarimar Marrero Rodríguez
La Comisión estuvo a cargo del ex presidente del Colegio de Abogados, Eduardo “Tuto” Villanueva .
“¿Están tirando tiros?”, preguntó sorprendido Cesar Colón Montijo mientras corría para librarse de la agresión de los agentes de la Fuerza de Choque que perseguían a la multitud con macanas y gases lacrimógenos en los hechos ocurridos el 30 de junio en medio de una manifestación estudiantil frente al Capitolio.
El pasado 8 y 9 de julio decenas de personas acudieron a las vistas públicas convocadas por el Colegio de Abogados de Puerto Rico (CAPR), con el fin de recopilar evidencia testifical relacionada a los actos de violencia por parte de la Policía y la fuerza de Choque en el llamado “motín del Capitolio”.
“Todo fue caótico, el helicóptero estaba muy bajo y apuntaban con armas largas”, éstas fueron algunas de las expresiones que el deponente, Colón Montijo narró cuando le fue cedido el turno al micrófono. El periodista independiente y profesor de la Universidad del Sagrado Corazón que se encontraba apoyando la manifestación en la que se destacaba mayormente la presencia de estudiantes de los diferentes recintos de la UPR, expresó que los agentes del orden público perdieron el control y “rompieron a repartir palos a diestra y siniestra”. En una ocasión mientras la multitud corría despavorida para librarse de los macanazos y el gas pimienta, el joven periodista recibió un golpe en la espalda que fue propinado por algún agente de la Fuerza de Choque que perseguía al huidizo gentío mientras les gritaban “vengan pen… no corran” y les invitaban a enfrentarse con ellos.
Por otro lado Colón Montijo dijo escuchar lo que parecieron haber sido dos detonaciones que tuvo la oportunidad de captar en su video titulado “Abuso policiaco en el capitolio: lado sur, detonaciones”, que circuló por varios medios electrónicos como Primera Hora.com y Diálogo digital.
Por medio de dicho testimonio y el de otros tantos que acudieron ante la Comisión para fiscalizar el estado constitucional del país para relatar sus vivencias de carácter igualmente represivas y violentas, queda al descubierto el modus operandi del sistema de orden público del país. Ante dichos atropellos el Superintendente de la Policía, José Figueroa Sancha, solo expresó “que se estaba manteniendo el orden”, mientras el pueblo sigue viviendo bajo la ley del garrote.
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